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“¿Todo el año esperando las vacaciones y ahora me tengo que poner a trabajar de manitas?” Seguramente te estarás preguntando algo parecido. Pero lo cierto es que el verano es la mejor época del año para hacer algunos arreglillos a tu casa que sirvan para hacerla más confortable o para revalorizarla si piensas en alquilarla o venderla.
¿Por qué en vacaciones? Porque es cuando más tiempo pasamos en casa, estamos menos pendientes del reloj y, además, molestaremos a menos vecinos con el ruido del martillo o el polvo de los escombros.
Pintar la casa probablemente sea lo que más gente hace aprovechando que se pueden dejar las ventanas abiertas y así el olor no es tan desagradable, aparte de que la pintura seca antes. Paredes, techos y puertas pero no te olvides de las barandillas de los balcones para que desde fuera el piso también parezca nuevo.
Hacer limpieza de altillos o trasteros servirá para dejar espacio a esa nueva estantería para recuerdos de viajes o aquella mesa auxiliar para cuando vengan visitas. Reorganizar los muebles existentes es otra opción para tener la sensación de estar en otro lugar.
Decorar las paredes con alguna foto de vacaciones te ayudará a revivir durante más tiempo tu estancia allí. Pero para renovar el estilo del comedor o estudio por completo, cambia las lámparas, las cortinas, las fundas del sofá o la tapicería de las sillas. Busca también alguno de esos pequeños detalles para tu terraza o balcón que hacen más agradable pasar un rato al fresco.
Mejorar el sellado de las ventanas de cara al invierno o cambiar la puerta de casa para mejorar la seguridad son más cosas que puedes hacer estas vacaciones. Y de paso ayudarás a evitar robos en el edificio porque con, tanta actividad en una casa, ¿qué ladrón se atrevería a ser descubierto?
